Editorial

Opinión del FMI sobre Chile

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Un reciente informe del Fondo Monetario internacional (FMI) ratifica la visión de la mayoría de los analistas sobre la situación actual de la economía chilena. Se reconocen los avances en materia de ajuste en la demanda interna y en la reducción de la tasa de inflación, puntualizando que persisten elevados riesgos de cara al futuro.

Además de factores externos derivados de las elevadas tasas de interés, volatilidad de precios de las materias primas y conflictos geopolíticos, en el ámbito interno preocupan al FMI la polarización y fragmentación política que observa en Chile, la cual dificulta -por no decir que imposibilita- los acuerdos en torno a reformas que son fundamentales para fortalecer el crecimiento económico y la estabilidad social. Esto último ratifica que el problema de Chile para salir del estancamiento no es sólo económico, sino que tiene también una raíz política.

El problema de Chile para salir del estancamiento no es sólo económico y tiene también una raíz política.

Hay también en el informe una mención a la política fiscal, haciéndose ver que, no obstante los positivos esfuerzos realizados por reducir el déficit, para los próximos años estaría quedando un margen muy estrecho para atender nuevas necesidades de gasto. Y si bien se valoran los lineamientos del proyecto de “pacto fiscal” en cuanto a control de la evasión, mayor eficiencia en el gasto, modernización del Estado e incentivos a la inversión, hay también una recomendación para subir impuestos correctivos y para elevar la recaudación del impuesto a las rentas personales.

Siendo discutible que sea necesario subir impuestos, considerando las otras alternativas disponibles, es importante el reconocimiento de que existe una anomalía en la tributación a la renta de las personas, que se traduce en que aproximadamente el 80% está en el tramo exento.

En lo referido al crecimiento, los técnicos del FMI proyectan una expansión del PIB en el rango de 1,5 a 2 por ciento para 2024, por debajo de las expectativas del Gobierno, para luego estabilizarse en torno al actual potencial de crecimiento, entre 2 a 2,5 por ciento anual. Definitivamente, aquí radica la principal debilidad de la economía chilena, y es en esta área donde deberán concentrarse los esfuerzos.

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